El aguinaldo es un derecho básico e indispensable para las personas trabajadoras y una obligación para los empleadores cumplir con el pago de por lo menos quince días de salario o la parte proporcional del año trabajado antes del 20 de diciembre, con base en el artículo 87 de la Ley Federal del Trabajo.
Años atrás, el aguinaldo era sólo una gratificación o regalo que voluntariamente el patrón otorgaba a sus trabajadores con motivo de la celebración de las fiestas navideñas. Ante el beneficio que representaba dicha prestación, se consignó como una obligación en el derecho de las relaciones laborales.
Se trata de un ingreso complementario al salario, sujeto al pago del impuesto sobre la renta salvo en los casos en los que la gratificación sea inferior al monto equivalente a 30 días de salario mínimo, si resultara un excedente, solo este será sujeto al pago del impuesto.
Ahora, se han presentado propuestas de reforma al artículo antes mencionado para ampliar el número de días considerados para el pago de esta prestación, de quince días se pretende llegar a treinta o hasta cuarenta días por año laborado.
Alguno de los motivos para dar pie a estas iniciativas de reforma son la no discriminación y la desigualdad entre las normas del trabajo del sector público y privado, mayor sustento económico en las épocas decembrinas, contrarrestar el aumento de la inflación del año próximo y hasta cuestiones políticas para el periodo electoral siguiente.
De aprobarse esta reforma al aguinaldo, el costo directo para el empleador se duplicaría e, indirectamente tendría un incremento en el salario base de cotización al IMSS y en el pago de las indemnizaciones en caso de despido.
En la vida como en las relaciones humanas todo debe ser un equilibrio, nadie puede ir en contra de que las personas trabajadoras gocen de mejores condiciones y remuneraciones laborales, sin embargo, las personas encargadas de revisar y legislar la Ley deben ser responsables y cuidadosos al tomar una decisión unilateral, por un lado están las personas trabajadoras con el derecho en beneficio de estas, pero por el otro están las personas que generan fuentes de empleo formales, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas. No debemos olvidar que sin empleos no hay empleados. La mejor vía es poder comenzar de una manera gradual el incremento de esta prestación y, con ello, permitir que las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas puedan prever y ajustarse a este incremento por medio de corridas financieras que les da la oportunidad de llevar a cabo una estrategia laboral, financiera y corporativa.
Actualmente, la iniciativa se encuentra en discusión en la Cámara de Diputados y en caso de aprobación, el Senado tendría la oportunidad de definir si se aprueba o no.